Mi rutina matutina

El día que cumplí los 32 me autorregalé un imán de nevera que dice "Mens sana in corpore sano" en una tienda de souvernirs en Roma. He perdido el imán, pero la frase se ha quedado conmigo.

Compré del imán para recordarme de aplicar ese principio, y convertir mi rutina matinal en un espacio para alimentar mi salud física y mental. Desde entonces esa rutina ha ido cambiando, la he ido puliendo. Y me apetece compartirla contigo hoy tal como está, en toda su "formosa deformitas".

En las próximas líneas podrás leer qué hago desde que abro un ojo por la mañana hasta que estoy sentada delante del ordenador, y también podrás ver cómo algunos hábitos atómicos se han convertido en una rutina asentada.

Espero que estas líneas te inspiren a descubrir tu propia fórmula matutina ideal y te transmitan la ilusión, la paciencia y la compasión para que moldees tus mañanas a tu gusto.

¿Cómo te querrías despertar en una mañana de vacaciones?

Para mí, establecer una rutina matinal fue fundamental para asegurarme de que tenía tiempo suficiente para dedicarme a mí misma antes de empezar la jornada laboral.

Al hacer lo mínimo indispensable cada mañana para seguir con el lema "Mens sana in corpore sano", pude incorporar pasatiempos, aprendizaje, ejercicio y estiramientos a mi día a día sin sentir que estaba sacrificando tiempo para el trabajo. Además, al hacer que mi rutina se pareciera lo más posible a una mañana de vacaciones, pude disfrutar de cada momento y mantenerme motivada para seguir con ella a largo plazo.

La adaptabilidad de la rutina también fue clave, ya que pude hacerla en cualquier lugar, lo que me permitió seguir con ella incluso durante viajes de trabajo o vacaciones.

En definitiva, establecer una rutina matinal me ayudó a empezar cada día con energía y mantenerme en forma mientras disfruto de mi tiempo libre.

Despertar la cabeza

No hay nada para despertarme como el café o un buen reto mental. A la que he agarrado la taza, hacer pasatiempos que me generen curiosidad y me hagan pensar me dan un chute de energía que me activa.

El Wordle del New York Times y la app Brilliant son mis favoritos desde hace meses. Jugar con el lenguaje y los retos de lógica y ciencia (además de practicar inglés) me encanta y están diseñados para que estén solamente unos minutos al día. También probé Worldle (de geografía), Paraulògic (en catalán) y últimamente estoy enganchadísima al Metazooa (biología).

Créeme, la interacción es clave. Para mí hay un mundo de diferencia entre consumir pasivamente Instagram o el diario, que interactuar activamente con el contenido.

Con los ojos bien abiertos y la cabeza clara, es el momento de jugar con la creatividad.

Pinta y colorea

¡Qué difícil es explicar lo que es una auca! Si no conoces este tipo de estampa tradicional catalana quédate con la idea de viñeta.

Desde 2017 llevo sentándome a dibujar lo que me ocurre cada día. Son dibujos sencillos, coloreados con rotuladores a veces, que relatan cosillas que me van pasando. El poquito rato que les dedico me conecta con el papel, con la escritura, con el dibujo, y con la reflexión.

Supongo que llegó un momento en el que no me apetecía escribir un diario, y en algún lugar leí que dibujar a diario mejoraba la creatividad. O sea que sin un gran objetivo en mente empecé lo que ahora es una costumbre súper agradable en mi día a día.

Y ahora me dirás: "Olga... la mens está sana... pero, ¿y el corpore?"

Como una siesta después de dormir

En mi rutina matinal tuve que meter "a las malas" algo de estiramientos. Durante una época de trabajo físico extenuante, me levantaba por las mañanas encarcarada y dolida. No me quedó otra que agarrar Youtube y hacer algo al respecto.

Debido a mi natural aversión por cualquier actividad física, cuando se terminó esta época volví a las andadas y dejé de estirar. Aun así, algo debió de cambiar en mi para que la sensación de "gusto" después de estirar se quedara en el fondo de mi cabeza. El año pasado decidí retormarlo con la ayuda de la app Headspace y desde entonces, no lo he dejado.

Son solo 10 minutos de estirar la esterilla y hacer cuatro movimientos, pero la sensación que me queda luego es de haber hecho una siesta sólo empezar el día.

Pero, ¡ay! ojalá el cuerpo sano se mantuviera solamente con estiramientos. En un trabajo sedentario como el mío (y probablemente también el tuyo) es necesario mover el culo un poco más.

Despertar el cuerpo

Esta ha sido, sin duda, la rutina que más me ha costado adquirir: el ejercicio físico independiente. Hubo un tiempo en el que fui muy feliz yendo al gimnasio cada día a la misma hora, aprovechando que tenía una pausa para comer de tres horas.

Pero cuando aquello terminó y emprendí mi camino como autónoma, supe que tenía que apañármelas sola. Empecé usando la app Headspace, y hoy en día uso la app de Les Mills para hacer uno de mis ejercicios favoritos: el Body Combat.

¡No sabes lo a gustísimo que me quedo después de pegar más de 100 patadas y puñetazos al ritmo de la música! Energizada, empoderada y lista para meterme en la ducha y ponerme a trabajar.

Esta es la rutina completa, es todo lo que ocurre desde que suena el despertador hasta que me siento a escribirte como estoy haciendo ahora.


Te confieso que mi pareja (que se despierta 10 minutos antes de ponerse a currar) se ríe de mi por levantarme tan temprano antes de empezar la jornada. Lo que él no sabe, es que en esas dos horas, hay toda una vida de disfrute.

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